Con una vaguedad de ensueño te destejes de los colores del día y observas, por las ventanas de tu habitación, los ecos de la noche...
Mientras, he imaginado un árbol, al momento de recordar tus arbóreas caricias, que al igual que el de Apollinaire se te parece.
En la lejanía, un destello de iridiscencias previenen tu presencia.
1 comment:
Saludos Zuurfer
olvidé completamente mis contraseñas...ja ja ja ¡¡¡por fin las he recuperado!!!!
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